martes, 1 de junio de 2010

OBSTACULOS

Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven. Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.

Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.

Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

17 ANIVERSARIO HSA

Breve reseña histórica de los “Hijos de Santa Ana”
Queridos hermanos: 17 años nos parece poco, pero en realidad son 17 años en que hemos descubierto las huellas de la presencia del Señor, y la materna protección de Santa Ana y Madre Rosa que no cesan de acompañarnos en esta aventura de amor.

Un 8 de diciembre de l866, con la vestición de las primeras cinco compañeras, Madre Rosa daba oficialmente inicio a la fundación de Instituto de las Hijas de Santa Ana. Después de doce años de fundación, con la audacia intrépida de la fe, Madre Rosa mandaba a Bolivia, el primer grupo de Hijas de Santa Ana. Y simultáneamente en la oración y en el pensamiento de Madre Rosa madura la idea de fundar la rama masculina, que participen del mismo carisma, y que podrían ofrecer a las Hijas de Santa Ana un apoyo espiritual idónea y segura.

Ya en 1879 se había abierto en Nápoles la comunidad de las Hijas de Santa Ana; el Arzobispo Card. Sanfelice, en común acuerdo con la Madre le confía la asistencia espiritual a su joven secretario Don Genaro Granito de Belmonte; con el tiempo nacerá entre ambos, una relación reciproca espiritual y paterna-materna, de la cual madura la idea de la fundación de los Hijos de Santa Ana: “Como mi Bien va preparando a los Hijos de Santa Ana es una cosa grande y extraordinaria”. La persona indicada, para dar inicio a esta nueva obra, parece ser Don Genaro de Belmonte. La Madre, sentía fuerte la inspiración esta inspiración. “… tu mi Bien, guía la pluma, sugiéreme, que prontamente serán escritas y con tu potentísimo gobierno serán observadas, estos también serán los Hijos del corazón de la Madre Santa Ana y fieles cooperadores de su viña”. ¡Oh, sueño feliz!

Este sueño de la Rosa no pudo concretizarse, parece que el tiempo todavía no era propicio. Tanto don Genaro como Madre supieron aceptar serenamente esta realidad. Madre Rosa murió el 06 de mayo de 1900 sin haber hecho realidad este proyecto de los Hijos de Santa Ana.

La celebración del XVIII Capítulo General de las Hijas de santa Ana (1990 – 1991) abre el camino a una renovación general de la espiritualidad específica de las Hijas de Santa Ana. En dicho Capítulo será acogida formalmente la propuesta de dar inicio a una nueva expresión del carisma con rostro masculino. Cómo es la providencia, porque Será el mismo Cardenal Camilo Ruini, Vicario de su Santidad que, en un providencial encuentro con Madre Virginia le propondrá que la formación de los jóvenes tenga inicio en Roma. Y es así que El Cardenal Vicario concede la aprobación el 26 de Mayo de 1993 con el siguiente decreto “DECRETO la aprobación en la Diócesis de Roma de la Asociación Publica de Fieles denominada “Hijos de Santa Ana”, y la aprobación del Estatuto alegado. Seguidamente vendrá la elección, de un Superior doméstico que recae en Patricio Moraleda, que será el responsable por la vida interna de la comunidad.

Han pasado muchas cosas desde aquel 26 de Mayo de 1993 hasta hoy: Apertura de las comunidades en la Parroquieta (Roma), en Brasil, Perú, Kenia, Bolivia, Filipinas; hechos que representan un signo de confianza que toda la familia Religiosa, en la persona de la Madre y de su Consejo, depositan en los Hijos de Santa Ana. Enero 2007 I Asamblea General de los Hijos de Santa Ana, donde Padre Manuel Gonsalo Agostinho fue electo como Responsable Mayor; enero de 2010, II Asamblea General, donde Padre Valdo Feitosa fue electo como Responsable Mayor y su consejo conformado por Padre Adelio Pedro Joao y Padre Martin Villanueva. Son eventos que tenemos que saber leer bajo la óptica de la fe y a la luz del deseo que en los siglos pasados estimuló a Madre Rosa Gattorno a llevar adelante la Obra que el Señor le inspiraba. Nuestra comunión carismática de Hijas e Hijos de la Santa Madre Ana, tiene que ser en la Iglesia el sello de la presencia misericordiosa y actuante de Dios que provee a las necesidades de la humanidad, que no se olvida jamás de su pueblo.

Feliz 17° Aniversario queridos hermanos.
Con afecto fraterno:

p. Martin hsa

EL SACERDOTE


UN SIMPLE SACERDOTE (Por: Pbro. Martín Lasarte (salesiano) – Angola)

Soy un simple sacerdote católico uruguayo que hace 20 años vivo en Angola. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Me da un gran dolor por el profundo mal que sacerdotes que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. Veo en muchos medios de información, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes…
¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que los medios de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas.
No ha sido noticia que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU.
No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina; que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan hogares transitorios para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados.
No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio (de cuya historia doy fe), por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, lo haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino (y confirmo que fueron 14 ametralladoras de la guerrilla apostadas en una curva).
Que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un asalto en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve. La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
No pretendo hacer una apología de la Iglesia y ni de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.
(Pbro. Martín Lasarte (salesiano) – Angola)

A DIOS POR CRISTO Y A CRISTO POR MARÍA!!!!
No olvidemos que el verdadero heroísmo está en los "detalles cotidianos de la vida"