Mostrando entradas con la etiqueta HIJOS DE SANTA ANA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta HIJOS DE SANTA ANA. Mostrar todas las entradas

domingo, 22 de abril de 2012

Tiempo de Pascua

Pascua es la más antigua y la más grande de las fiestas cristianas; más importantes incluso que Navidad. Su celebración en la vigilia pascual constituye el corazón del año litúrgico. Dicha celebración, precedida por los cuarenta días de cuaresma, se prolonga a lo largo de todo el período de cincuenta días que llamamos tiempo pascual. Esta es la gran época de gozo, que culmina en la fiesta de pentecostés, que completa nuestras celebraciones pascuales, lo mismo que la primera fiesta de pentecostés fue la culminación y plenitud de la obra redentora de Cristo.
El calendario romano general proporciona una clave para la comprensión de esta época en su sección sobre el tiempo pascua. Los cincuenta días que van desde el domingo de resurrección hasta el domingo de pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación, como si se tratara de un solo y único día festivo; más aun, como un "gran domingo". Estos son los días en los que principalmente se canta el Aleluya.
Es una descripción muy significativa. Demuestra claramente que hoy la Iglesia interpreta la pascua y sus resultados exactamente en el mismo sentido que lo hacía la Iglesia de la antigüedad. En esta interpretación de la pascua, el nuevo calendario es todavía más tradicional que el anterior. Explicaremos por qué.
Antes de la reforma del calendario y del misal, el tiempo de pascua era presentado como apéndice de la pascua más que como parte intrínseca de la misma celebración pascual y su continuación durante todo el período de cuarenta días. Los domingos que seguían se llamaban domingos después de pascua, y no domingos de pascua, como se los designa actualmente. Era realmente un tiempo de carácter jubiloso y festivo; pero no se lo podría definir como una celebración ininterrumpida del día mismo de pascua.
Este período pertenece a la parte más antigua del año litúrgico, que, en su forma primitiva (siglo III), constaba simplemente del domingo, el triduo pascual y los cincuenta días que seguían al domingo de pascua, llamados entonces pentecostés o "santo pentecostés". El nombre no se refería, como ahora, a un día concreto, sino a todo el período.
Pentecostés era una larga y gozosa celebración de la fiesta de pascua. Todo el período era como un domingo, y para la Iglesia primitiva el domingo era sencillamente la pascua semanal. Los cincuenta días se consideraban como un solo día, e incluso se los designaba con el nombre de "el gran domingo" (magna dominica). Cada día tenía las características de un domingo; se excluía el ayuno, estaba prohibido arrodillarse: los fieles oraban de pie como signo de la resurrección, y se cantaba repetidamente el Aleluya, como en pascua.
En cierta manera hemos de recuperar el espíritu del antiguo pentecostés y el sentido de celebración, que no se conforma con un día, ni siquiera con una octava, para celebrar la pascua, sino que requiere todo un período de tiempo. Hemos de verlo como un todo unificado que, partiendo del domingo de pascua, se extiende hasta la vigilia del quincuagésimo día; una época que san Atanasio designa como la más gozosa (laetissimum spatium).
Celebrar la resurrección.  El misterio de la resurrección recorre todo este tiempo. Se lo contempla bajo todos sus aspectos durante los cincuenta días. La buena nueva de la salvación es la causa del regocijo de la Iglesia. La resurrección se presenta a la vez como acontecimiento y como realidad omnipresente, como misterio salvador que actúa constantemente en la Iglesia. Así se deduce claramente del estudio de la liturgia pascual. Comenzando el domingo de pascua y su octava, advertimos que los evangelios de cada día nos relatan las varias manifestaciones del Señor resucitado a sus discípulos: a María Magdalena y a las otras mujeres, a los dos discípulos que iban camino de Emaús, a los once apóstoles sentados a la mesa, en el lago de Tiberíades, a todos los apóstoles, incluido Tomás. Estas manifestaciones visibles del Señor, tal como las registran los cuatro evangelistas, pueden considerarse el tema mayor de la liturgia de la palabra. Así es ciertamente en la octava, en la que cada día se nos presenta el acontecimiento de pascua bajo una luz nueva.
Después de la octava, no se pierde de vista la resurrección, sino que se la contempla desde una perspectiva diferente. Ahora se destaca sobre todo la presencia activa en la Iglesia de Cristo glorificado. Se lo contempla como el buen pastor que desde el cielo apacienta a su rebaño, o como el camino que lleva al Padre, o bien como la fuente del Espíritu y el que da el pan de vida, o como la vid de la cual obtienen la vida y el sustento los sarmientos.
Considerada, pues, como acontecimiento histórico y como misterio que afecta a nuestra vida aquí y ahora, la resurrección es el foco de toda la liturgia pascual. Es éste el tiempo de la resurrección y, por tanto, de la nueva vida y la esperanza.
Y como este misterio es realmente una buena nueva para el mundo, es preciso atestiguarlo y proclamarlo. Los evangelios nos presentan el testimonio apostólico y exigen de nosotros la respuesta de la fe. También hay otros escritos del Nuevo Testamento, como los Hechos de los Apóstoles, que han consignado. para nosotros el testimonio que los discípulos dieron de "la resurrección del Señor Jesús".
Participar de la resurrección. Durante el tiempo de pascua no celebramos sólo la resurrección de Cristo, la cabeza, sino también la de sus miembros, que comparten su misterio. Por eso el bautismo tiene tan gran relieve en la liturgia. Por la fe y el bautismo somos introducidos en el misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección del Señor. La exhortación de san Pablo que se lee en la vigilia pascual resuena a lo largo de toda esta época:
Los que por el bautismo fuimos incorporados a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva (Rom 6,3-11).
No basta con recordar el misterio, debemos mostrarlo también con nuestras vidas. Resucitados con Cristo, nuestras vidas han de manifestar el cambio que ha tenido lugar. Debemos buscar "las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios" (Col 3,1). Esto significa compartir la libertad de los hijos de Dios en Jesucristo. Consideraremos estas gracias de la pascua en el próximo capítulo.
Todo el misterio de la redención. La conmemoración litúrgica de la resurrección está en el corazón del tiempo pascual. Sin embargo, ésta no agota todo el contenido de este período. Pertenecen también a este tiempo los gloriosos misterios de la ascensión y pentecostés. Sin ellos, la celebración del misterio pascual quedaría incompleta.
Parece ser que en los primeros tiempos cristianos, antes de que el año litúrgico comenzara a adquirir forma en el siglo IV, la ascensión y pentecostés no se celebraban como fiestas aparte. Pero estaban incluidas en la comprensión global de la pascua que tenía la Iglesia entonces. Se conmemoraban implícitamente dentro de los cincuenta días y eran tratadas como partes integrantes de la solemnidad pascual. Por eso no es extraño que se refiriesen a todo el período pascual como "la solemnidad del Espíritu".
El padre Robert Cabié, en un estudio exhaustivo de pentecostés en los primeros siglos, observa que la Iglesia primitiva, en su celebración de lo que ahora llamamos tiempo pascual, conmemoraba todo el misterio de la redención. Esto incluía la resurrección, las manifestaciones del Señor resucitado, su ascensión a los cielos, la venida del Espíritu Santo, la presencia de Cristo en su Iglesia y la expectación de su vuelta gloriosa.
A la luz de lo que sabemos de la cristiandad primitiva, el período de pentecostés celebraba el misterio cristiano en su totalidad, de la misma forma que el domingo, día del Señor, celebraba todo el misterio pascual. El domingo semanal y el "gran domingo" introducen ambos al cuerpo de Cristo en la gloria adquirida por la cabeza.
La experiencia de la Iglesia primitiva puede enriquecer nuestra comprensión del tiempo pascual. La conciencia viva de la presencia de Cristo en su Iglesia era parte importante de esta expresión. Dicha presencia continúa poniéndose de relieve en la liturgia y se simboliza en el cirio pascual que permanece en el presbiterio. Los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan los cuarenta días que median entre pascua y la ascensión como el tiempo en que el Señor resucitado está con sus discípulos. Como en tiempos pasados, la Iglesia conmemora hoy esta presencia histórica, al mismo tiempo que celebra la presencia de Cristo aquí y ahora en el misterio de la liturgia. Durante el tiempo pascual, la Iglesia, esposa de Cristo, se alegra por haberse reunido de nuevo con su esposo (cf Lc 5,34-35). (Fuente: Mercaba.org)

domingo, 8 de abril de 2012

La Resurrección de Jesús

¿Cómo ocurrió la resurrección de Jesús? Muy de madrugada del domingo, varias mujeres, de las que habían acompañado a Jesús hasta su sepultura, quisieron volver al sepulcro. Eran María Magdalena, Salomé, María, la madre de Santiago, Juana y las demás mujeres que estaban con ellas. Habían comprado bálsamos aromáticos para ungir el cuerpo de Jesús.  Al ir camino del sepulcro, se decían una a otra: “¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Pero de pronto hubo un gran terremoto. El ángel del Señor descendió del cielo, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. Los guardias temblaron y quedaron como muertos. El ángel entró en el sepulcro, y se sentó. Los soldados de la guardia fueron a la ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido.Mientras tanto, las mujeres llegaron al sepulcro. Ya estaba más claro, y pudieron ver que el sepulcro estaba abierto: la losa que debía tapar la boca del sepulcro, estaba rodada al lado, y por allí no se veía ningún soldado. Algunas de las mujeres, con María Magdalena, inmediatamente pensaron: “Se han robado al Señor”. Se dieron media vuelta y fueron a avisar a los discípulos.
¿Y qué hace el grupo principal de las mujeres? Mientras tanto, las otras mujeres se acercaron al sepulcro, y vieron dentro a dos ángeles, uno a la cabecera y el otro a los pies del sepulcro. Los ángeles dicen a las mujeres: ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?  No está aquí; más bien, ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando estaba aún en Galilea: "Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día”. Vengan y vean el lugar donde estaba puesto. Y vayan de prisa y digan a sus discípulos y a Pedro que ha resucitado de entre los muertos. Entonces ellas salieron a toda prisa del sepulcro, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.  Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Saludos!  Ellas se echaron a sus pies y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No teman. Vayan, den las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea. Allí me verán.
Mientras tanto, ¿qué pasó con María Magdalena y las otras mujeres? Ellas avisaron a los Apóstoles, especialmente a Pedro, y le dicen: “Se han robado al Señor”. Inmediatamente Pedro y Juan salen juntos corriendo hacia el sepulcro. Pero Juan, que era más joven, corría más que Pedro. Así que se adelantó y llegó primero al sepulcro. Pero esperó a Pedro.
Muy educado este Juan, ¿no? Sí. Y eso que Juan sabía que Pedro había negado al Señor tres veces durante la Pasión. Él en cambio había acompañado a Jesús y a su madre hasta el Calvario. Esto de esperar a Pedro es un gesto de aceptación y reconciliación.
Pero una vez que llegó Pedro, entraron los dos al sepulcro. Vieron las vendas en el suelo. “Y el sudario, que había estado sobre su cabeza, no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte”. Los dos quedaron muy impresionados. En concreto Juan comenzó a creer algo: “vio y creyó”.  Y se volvieron a casa. A Pedro se le apareció Jesús después, dice el evangelista Lucas.
¿Y  qué hizo María Magdalena? María no se quedó tranquila. Ella volvió al sepulcro. Vio a Pedro y a Juan que se iban del sepulcro, pero ella se quedó allí llorando frente a él. Entonces miró dentro del sepulcro. Y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.  Pero ella no los reconoce como ángeles. Ellos le preguntan a María: “¿Por qué lloras?”, y ella explica con las lágrimas en sus ojos: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto”. Entonces María se vuelve, miró atrás, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Creía que era el jardinero. Pero Jesús la llama por su nombre: “María”. Al oír la voz de Jesús, María lo reconoce, lo llama “Rabboni” (Maestro), y se lanza a sus pies. Jesús le dice: “Déjame, pero vete a mis hermanos, y diles: ‘Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios’”.  Por eso a María Magdalena se le llama “Apóstol de los Apóstoles”. Los judíos tenían el sábado como el día de descanso semanal, pues en la Creación del mundo, Dios descansó al séptimo día. Los cristianos lo cambiaron al domingo, porque la resurrección de Jesús, el hecho más importante de la humanidad, ocurrió en domingo. Decimos “Felices Pascuas” (de Resurrección). Y en Navidad decimos: “Felices Pascuas” (de Navidad). Cristo ha resucitado. Cristo vive. Aleluya. Éste fue el primer grito de fe, de vida nueva, y de victoria definitiva. En algunas partes de Bolivia se tiene hoy la costumbre popular de la “Quema de Judas”. Feliz Pascua de Resurreccion!!!!!

miércoles, 22 de febrero de 2012

Mercoledì delle Ceneri

L'origine del Mercoledì delle ceneri è da ricercare nell'antica prassi penitenziale. Originariamente il sacramento della penitenza non era celebrato secondo le modalità attuali. Il liturgista Pelagio Visentin sottolinea che l'evoluzione della disciplina penitenziale è triplice: "da una celebrazione pubblica ad una celebrazione privata; da una riconciliazione con la Chiesa, concessa una sola volta, ad una celebrazione frequente del sacramento, intesa come aiuto-rimedio nella vita del penitente; da una espiazione, previa all'assoluzione, prolungata e rigorosa, ad una soddisfazione, successiva all'assoluzione".
La celebrazione delle ceneri nasce a motivo della celebrazione pubblica della penitenza, costituiva infatti il rito che dava inizio al cammino di penitenza dei fedeli che sarebbero stati assolti dai loro peccati la mattina del giovedì santo. Nel tempo il gesto dell'imposizione delle ceneri si estende a tutti i fedeli e la riforma liturgica ha ritenuto opportuno conservare l'importanza di questo segno.
La teologia biblica rivela un duplice significato dell'uso delle ceneri.

1 - Anzitutto sono segno della debole e fragile condizione dell'uomo. Abramo rivolgendosi a Dio dice: "Vedi come ardisco parlare al mio Signore, io che sono polvere e cenere..." (Gen 18,27). Giobbe riconoscendo il limite profondo della propria esistenza, con senso di estrema prostrazione, afferma: "Mi ha gettato nel fango: son diventato polvere e cenere" (Gb 30,19). In tanti altri passi biblici può essere riscontrata questa dimensione precaria dell'uomo simboleggiata dalla cenere (Sap 2,3; Sir 10,9; Sir 17,27).
2 - Ma la cenere è anche il segno esterno di colui che si pente del proprio agire malvagio e decide di compiere un rinnovato cammino verso il Signore. Particolarmente noto è il testo biblico della conversione degli abitanti di Ninive a motivo della predicazione di Giona: "I cittadini di Ninive credettero a Dio e bandirono un digiuno, vestirono il sacco, dal più grande al più piccolo. Giunta la notizia fino al re di Ninive, egli si alzò dal trono, si tolse il manto, si coprì di sacco e si mise a sedere sulla cenere" (Gio 3,5-9). Anche Giuditta invita invita tutto il popolo a fare penitenza affinché Dio intervenga a liberarlo: "Ogni uomo o donna israelita e i fanciulli che abitavano in Gerusalemme si prostrarono davanti al tempio e cosparsero il capo di cenere e, vestiti di sacco, alzarono le mani davanti al Signore" (Gdt 4,11).
La semplice ma coinvolgente liturgia del mercoledì delle ceneri conserva questo duplice significato che è esplicitato nelle formule di imposizione: "Ricordati che sei polvere, e in polvere ritornerai" e "Convertitevi, e credete al Vangelo". Adrien Nocent sottolinea che l'antica formula (Ricordati che sei polvere...) è strettamente legata al gesto di versare le ceneri, mentre la nuova formula (Convertitevi...) esprime meglio l'aspetto positivo della quaresima che con questa celebrazione ha il suo inizio. Lo stesso liturgista propone una soluzione rituale molto significativa: "Se la cosa non risultasse troppo lunga, si potrebbe unire insieme l'antica e la nuova formula che, congiuntamente, esprimerebbero certo al meglio il significato della celebrazione: "Ricordati che sei polvere e in polvere tornerai; dunque convertiti e credi al Vangelo".
Il rito dell'imposizione delle ceneri, pur celebrato dopo l'omelia, sostituisce l'atto penitenziale della messa; inoltre può essere compiuto anche senza la messa attraverso questo schema celebrativo: canto di ingresso, colletta, letture proprie, omelia, imposizione delle ceneri, preghiera dei fedeli, benedizione solenne del tempo di quaresima, congedo.
Le ceneri possono essere imposte in tutte le celebrazioni eucaristiche del mercoledì ma sarà opportuno indicare una celebrazione comunitaria "privilegiata" nella quale sia posta ancor più in evidenza la dimensione ecclesiale del cammino di conversione che si sta iniziando.

sábado, 11 de febrero de 2012

Tanta neve a Bassano in Teverina scuole chiuse

Oggi 10 febbraio, dopo una tregua di quasi una settimana, ha ripreso a nevicare. Meno male che abbiamo un bravissimo Sindaco, lui in persona ha guidato i lavori sulle strade del paese.  Il sindaco Alessandro Romoli ha prorogato la chiusura delle scuole fino a lunedì prossimo. In parrocchia pure non c’è stato il catechismo.   
Il paese  si è cominciata ad imbiancare alle prime luci dell'alba e la neve è scesa ininterrottamente per tutta la giornata fino a mezza notte. Tutto il territorio e anche colpito da un forte vento gelido. Un bella esperienza perché fu la prima volta che io ho potuto vedere tanta neve insieme.

viernes, 20 de enero de 2012

Las consecuencias psicológicas del aborto

Autor: Dr. Luis Salinas (* Médico psiquiatra. Colaborador de la Asociación civil Defensoría de la vida humana. www.defenvida.org.ar)
Fuente: valoresreligiosos.com.ar

Es mucho lo que se ha investigado y muy poco lo que se ha divulgado acerca de las repercusiones psicológicas que produce la interrupción voluntaria de un embarazo. Lo cierto es que esta elección no es gratuita. Los problemas emocionales que pueden darse de forma inmediata son la negación del hecho (las mujeres se dicen a sí mismas: "Esto no me pasó a mí"), la supresión del hecho (se dicen: "Me pasó pero no quiero pensar en esto") o, en un número escaso de casos, la presencia de rígidos mecanismos de defensa para evitar sentimientos de culpa (piensan: "Ya pasó y no me importa"). Estos afectos reprimidos, suprimidos o disociados causan disturbios emocionales tales como afecciones psicosomáticas, psiquiátricas o del comportamiento.

Se puede instaurar entonces el conocido síndrome post-aborto (que se manifiesta a través de palpitaciones, anorexia, depresión, trastornos en el rendimiento social y laboral, rupturas vinculares).

Entre las consecuencias mediatas, es posible reconocer el síndrome por estrés postraumático: las mujeres experimentan reiterados recuerdos del acontecimiento que provocan intenso malestar, mayor aún cuando llegaron a la decisión de someterse a un aborto forzadas por otros o si fueron víctimas de abuso sexual. En algunos casos se presentan también depresiones que, sin tratamiento, pueden evolucionar en cuadros más graves como lo son las tendencias suicidas. Por último, la negación de la muerte del niño no deseado puede inducir al abuso de sustancias, siendo lo más común el reforzamiento del hábito de fumar, el consumo de alcohol o de drogas.

Otros cuadros que se observan son las disfunciones sexuales crónicas (frigidez y anorgasmia), los desórdenes alimentarios y los problemas crónicos de relación. La interrupción voluntaria del embarazo constituye un homicidio; la vida de la mujer embarazada es sumamente valiosa, pero resulta absurdo pretender que la forma de cuidar y proteger esa vida sea destruyendo otra. Diversas entidades religiosas y otras no confesionales sostienen este concepto; entre las segundas, la organización no gubernamental Defensoría de la Vida Humana se refiere al homicidio prenatal como "el acto voluntario que interrumpe el proceso natural de gestación provocando deliberadamente la muerte de la persona por nacer" .

Por eso, considero que es importante dar a conocer esta información a toda mujer o pareja que se plantea la decisión de abortar, orientar, acompañar en situaciones o procesos complejos a quienes se encuentran en vías de tomar una decisión que puede afectar a más de una persona.

La interrupción voluntaria del embarazo definitivamente no es una "solución" para ninguna mujer. Lo expone con claridad A. D''Agostino, vicepresidente de Comunicaciones del Population Research Institute al afirmar que "el aborto mata a un niño y daña a la mujer, eventualmente en su cuerpo y más frecuentemente en su mente. De modo que ¿para quién puede ser bueno el aborto?"

lunes, 16 de enero de 2012

IIIª Domenica del Tempo Ordinario Anno “B”

La prima missione dei discepoli di Cristo sta in quel verbo greco tanto ricco di significati: metanoêite, che indica un deciso cambio di mentalità. Effettuare questa inversione a U nella propria vita, come singoli e come comunità, è necessario e urgente. La conversione senza necessariamente che si verifichino condizioni eclatanti, eventi che fanno scalpore è un passaggio preliminare e indispensabile che produce libertà e sapienza. Non serve dichiararsi cristiani, se non siamo convertiti, se siamo lontani dal credere al vangelo, se nei nostri comportamenti pratici non professiamo di trovare il senso del nostro essere nel Dio di Gesù Cristo. Guai a noi se lasciassimo la conversione a pochi eletti, se la ritenessimo il privilegio di una élite spirituale! La conversione è ancora annunziabile al mondo, se prima è stata esperienza nostra: di noi singoli e di noi popolo.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Natale

La storia ricomincia dagli ultimi

A Natale non celebriamo un ricordo, ma una profezia. Natale non è una festa sentimentale, ma il giudizio sul mondo e il nuovo ordinamento di tutte le cose. Quella notte il senso della storia ha imboccato un'altra direzione: Dio verso l'uomo, il grande verso il piccolo, dal cielo verso il basso, da una città verso una grotta, dal tempio a un campo di pastori. La storia ricomincia dagli ultimi.
Mentre a Roma si decidono le sorti del mondo, mentre le legioni mantengono la pace con la spada, in questo meccanismo perfettamente oliato cade un granello di sabbia: nasce un bambino, sufficiente a mutare la direzione della storia. La nuova capitale del mondo è Betlemme.
Lì Maria diede alla luce il suo figlio primogenito, lo avvolse in fasce e lo pose in una man­giatoia... nella greppia degli animali, che Maria nel suo bisogno legge come una culla. La stalla e la mangiatoia sono un 'no' ai modelli mondani, un 'no' alla fame di potere, un no al così vanno le cose. Dio entra nel mondo dal punto più basso perché nessuna creatura sia più in basso, nessuno non raggiunto dal suo abbraccio che salva.
Natale è il più grande atto di fede di Dio nell'umanità, affida il figlio alle mani di una ragazza inesperta e generosa, ha fede in lei. Maria si prende cura del neonato, lo nutre di latte, di carezze e di sogni. Lo fa vivere con il suo abbraccio. Allo stesso modo, nell'incarnazione mai conclusa del Verbo, Dio vivrà sulla nostra terra solo se noi ci prendiamo cura di lui, come una madre, ogni giorno.
C'erano in quella regione alcuni pastori... una nuvola di ali e di canto li avvolge. È così bello che Luca prenda nota di questa unica visita, un gruppo di pastori, odorosi di lana e di latte... È bello per tutti i poveri, gli ultimi, gli anonimi, i dimenticati. Dio riparte da loro. Vanno e trovano un bambino. Lo guardano: i suoi occhi sono gli occhi di Dio, la sua fame è la fame di Dio, quelle manine che si tendono verso la madre, sono le mani di Dio tese verso di loro.
Perché il Natale? Dio si è fatto uomo perché l'uomo si faccia Dio. Cristo nasce perché io nasca. La nascita di Gesù vuole la mia nascita: che io nasca diverso e nuovo, che nasca con lo Spirito di Dio in me. Natale è la riconsacrazione del corpo. La certezza che la nostra carne che Dio ha preso, amato, fatto sua, in qualche sua parte è santa, che la nostra storia in qualche sua pagina è sacra.
Il creatore che aveva plasmato Adamo con la creta del suolo si fa lui stesso creta di questo nostro suolo. Il vasaio si fa argilla di una va­so fragile e bellissimo. E nessuno può dire: qui finisce l'uomo, qui comincia Dio, perché Creatore e creatura ormai si sono abbracciati. Ed è per sempre. Auguri di Buon Natale a tutti voi cari amici.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Novena Natale 6 giorno

21 Dicembre  SESTO GIORNO


SEI TU QUELLO CHE DEVE VENIRE: Il Natale è una ricorrenza che, proprio perché torna ogni anno, rischia di perdere il suo vero significato, di diventare una festa esteriore senza nessuna eco dentro di noi. Per questo vogliamo prepararci nell'attesa di questo evento. Però, aspettare qualcuno vuoi dire riconoscere di mancare di qualcosa, di averne bisogno, di stare male nell'attesa dell'incontro. Ci chiediamo perciò se davvero noi stiamo aspettando qualcuno, e se è Gesù che deve venire, oppure qualche altro personaggio o qualche cambiamento materiale, qualche nuova situazione sociale. La liturgia insiste in questi giorni nel ricordare che Gesù è l'unico salvatore e che viene e ritorna con noi anche in questo Natale: perciò ci invita a ben prepararci per non perdere questa occasione troppo importante.


PREGHIAMO: Dacci, o Dio onnipotente, nuovo vigore per muovere incontro al Salvatore sulla via della giustizia, e disponi il nostro cuore all'avvento del tuo Figlio, perché tornando e bussando alla nostra porta ci trovi vigilanti nella preghiera ed esultanti nella lode. Per lui, che vive nei secoli dei secoli. Amen.

LETTURA
Dal vangelo secondo Matteo (11,2-6)
Giovanni, che era in carcere, avendo sentito parlare delle opere del Cristo, per mezzo dei suoi discepoli mandò a dirgli: «Sei tu colui che deve venire o dobbiamo aspettare un altro?». Gesù rispose loro: «Andate e riferite a Giovanni ciò che udite e vedete: i ciechi riacquistano la vista, gli zoppi camminano, i lebbrosi sono purificati, i sordi odono, i morti, risuscitano, ai poveri è annunciato il Vangelo. E beato è colui che non trova in me motivo di scandalo!».

RIFLESSIONE: Le domande fatte a Gesù ricevono una risposta concreta e precisa: quello che vedete e sentite. Ed è sufficiente per dissipare ogni dubbio. Gesù è colui che cambia la situazione del mondo, che guarisce le malattie, che trasforma il cuore dell'uomo, e abolisce ogni ingiustizia e oppressione. Il Natale è un tempo di grazia, che deve far scaturire una umanità nuova, un nuovo modo di vivere tra uomini tornati a essere fratelli. È il solo modo per vivere in verità la fede nel Dio che si fa uomo e viene ad abitare con noi.

CANTICO DELLA BEATA VERGINE

Ant.: O Astro che sorgi, splendore della luce eterna, sole di giustizia: vieni, illumina chi giace nelle tenebre e nell'ombra di morte.

L'anima mia magnifica il Signore …

Padre nostro ...

PREGHIAMO: Concedi, o Dio onnipotente, che il nostro cuore devoto celebri con frutti di grazia il Natale di Cristo che sta per venire: mantienici alla scuola delle cose celesti e nella tristezza dei tempi presenti donaci quella speranza e quella gioia che nascono dalla certezza del tuo amore. Per Cristo nostro Signore. Amen.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Novena Natale 4 giorno

19 Dicembre - QUARTO GIORNO
 L'ANNUNCIO DI MARIA: Quando venne la "pienezza dei tempi", quando Dio giudicò opportuno realizzare la sua promessa, volle coinvolgere una creatura, una donna, che rendesse possibile la sua nascita umana. Nell'intimo segreto di una giovane donna, la parola di Dio propone il suo piano: una nascita verginale dà inizio alla storia del Dio fatto uomo. Maria accetta, e si affida all'amore di Dio, superando difficoltà e timori: e il "Verbo si fa carne e prende ad abitare in noi".
Prepararsi al Natale è anche mettersi nella medesima disposizione di Maria: accettare l'annuncio di Dio, rispondere con slancio e generosità, lasciarsi fare da Dio che è buono e fa sempre "grandi cose". Qualcosa di nuovo deve nascere se si segue con fedeltà e pienezza la parola di Dio, se lo si lascia agire in tutta la sua potenza.
 PREGHIAMO: Esaudisci, o Padre infinitamente buono, la nostra supplica: donaci di aderire con umile fede alla tua parola sull'esempio della Vergine immacolata che all'annunzio dell'angelo accolse il tuo Verbo ineffabile e, colma d Spirito Santo, divenne tempio di Dio. Per Cristo nostro Signore. Amen.
 LETTURA
Dal vangelo secondo Luca (1,26-38)
Al sesto mese, l'angelo Gabriele fu mandato da Dio in una città della Galilea, chiamata Nazareth, a una vergine, promessa sposa di un uomo della casa di Davide, di nome Giuseppe. La vergine si chiamava Maria. Entrando da lei, disse: «Rallégrati, piena di grazia: il Signore è con te». A queste parole ella fu molto turbata e si domandava che senso avesse un saluto come questo. 30L'angelo le disse: «Non temere, Maria, perché hai trovato grazia presso Dio. Ed ecco, concepirai un figlio, lo darai alla luce e lo chiamerai Gesù. Sarà grande e verrà chiamato Figlio dell'Altissimo; il Signore Dio gli darà il trono di Davide suo padre e regnerà per sempre sulla casa di Giacobbe e il suo regno non avrà fine». Allora Maria disse all'angelo: «Come avverrà questo, poiché non conosco uomo?». Le rispose l'angelo: «Lo Spirito Santo scenderà su di te e la potenza dell'Altissimo ti coprirà con la sua ombra. Perciò colui che nascerà sarà santo e sarà chiamato Figlio di Dio. Ed ecco, Elisabetta, tua parente, nella sua vecchiaia ha concepito anch'essa un figlio e questo è il sesto mese per lei, che era detta sterile: nulla è impossibile a Dio». Allora Maria disse: «Ecco la serva del Signore: avvenga per me secondo la tua parola». E l'angelo si allontanò da lei.
RIFLESSIONE: L:azione di salvezza si svolge sempre in un contesto umano: Dio vuole avere bisogno degli uomini e chiede a Maria di associarsi pie­namente al suo disegno di redenzione. Così a ciascuno di noi, il dono della fede è un invito di Dio a diventare a nostra volta messaggeri di quel dono e a trasmetterlo ad altri. Nell'obbedienza alla volontà di Dio e nel seguire la sua parola, si diventa fecondi, e la vita prende un senso e un valore molto più grande.
 CANTICO DELLA BEATA VERGINE
 Ant.: O Radice di tesse, che ti innalzi come segno per i popoli: tacciono davanti a te i re della terra, e le nazioni t'invocano: vieni a liberarci, non tardare.
 L'anima mia magnifica il Signore …
Padre nostro ...
 PREGHIAMO: O Signore, all'annunzio dell'angelo la Vergine Maria accolse con piena fede la tua parola e per l'opera misteriosa dello Spirito Santo concepì il primogenito dell'umanità rinnovata: ella portò nel suo grembo con ineffabile amore colui che doveva compiere le promesse di Israele e rivelarsi al mondo come il salvatore atteso dalle genti. Concedi a noi di essere partecipi della vita nuova e immortale che iniziò nel grembo di Maria e aiutaci ad adorare con intensità e generosità il mistero di Gesù tuo Figlio e nostro fratello, vero Dio e vero uomo, che vive e regna nei secoli dei secoli. Amen.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Novena Natale 3 giorno

18 Dicembre - TERZO GIORNO
LA PROMESSA DI DIO. Tutta la storia dell'uomo, fin dal suo inizio, è una storia di debolezze, di sconfitte, di cadute: la Bibbia ce lo ricorda con alcuni racconti che vogliono farci riflettere sulla nostra condizione di peccatori. Ma Dio, subito al primo peccato dell'uomo, gli ha promesso la salvezza: ha garantito che il male non avrebbe avuto l'ultima parola. Qualcuno sarebbe venuto a "schiacciare la testa al serpente".
Tutta la storia del popolo eletto è una storia di promesse che si susseguono e tengono desta la speranza. I profeti continuano a descrivere il nuovo regno che il Messia verrà a iniziare e sarà il regno della salvezza per tutti gli uomini.
 
PREGHIAMO. Con la tua promessa di redenzione, o Dio, hai risollevato, dopo la colpa, a nuova speranza di grazia il genere umano creato in santità e giustizia nel tuo Verbo divino: nella pienezza dei tempi hai mandato lo stesso tuo Verbo nel mondo, perché vivendo come uomo tra noi, ci aprisse il mistero del tuo amore paterno, e sciolti i legami mortali del male, ci infondesse di nuovo la vita eterna del cielo. Ora, nella umanità del tuo Figlio, ricrea l'uomo perché la morte non deformi in lui la tua immagine viva. Per Cristo nostro Signore. Amen.
LETTURA
Dal libro del profeta Geremia (31,1-7.17)
«In quel tempo – oracolo del Signore – io sarò Dio per tutte le famiglie d'Israele ed esse saranno il mio popolo. Così dice il Signore: Ha trovato grazia nel deserto un popolo scampato alla spada; Israele si avvia a una dimora di pace». Da lontano mi è apparso il Signore: «Ti ho amato di amore eterno, per questo continuo a esserti fedele. Ti edificherò di nuovo e tu sarai riedificata, vergine d'Israele. Di nuovo prenderai i tuoi tamburelli e avanzerai danzando tra gente in festa. Di nuovo pianterai vigne sulle colline di Samaria; dopo aver piantato, i piantatori raccoglieranno. Verrà il giorno in cui le sentinelle grideranno sulla montagna di Èfraim: "Su, saliamo a Sion, andiamo dal Signore, nostro Dio". Poiché dice il Signore: Innalzate canti di gioia per Giacobbe, esultate per la prima delle nazioni, fate udire la vostra lode e dite: "Il Signore ha salvato il suo popolo, il resto d'Israele". C'è una speranza per la tua discendenza, oracolo del Signore : i tuoi figli ritorneranno nella loro terra».
 RIFLESSIONE. La storia di Israele è intessuta sulla fedeltà di Dio che promette e mantiene la parola. Quando però il popolo eletto si allontana e si ribella a Dio, cade in situazioni negative e sperimenta che solo Dio è il suo Salvatore. Il profeta Geremia fa scoprire il senso della presenza di Dio: ci sarà un tempo di redenzione e di salvezza, comincerà una nuova epoca definitiva, epoca di giustizia e di bontà, epoca di rapporto corretto e filiale con Dio. È l'epoca che Gesù ha iniziato: la sua nascita è l'inizio dell'uomo nuovo e del mondo nuovo.
CANTICO DELLA BEATA VERGINE
 Ant.: O Signore, guida della casa d'Israele, che sei apparso a Mosè nel fuoco del roveto, e sul monte Sinai gli hai dato la legge: vieni a liberarci con braccio potente.
 L'anima mia magnifica il Signore...
Padre nostro ...
 PREGHIAMO. La tua grazia, o Dio onnipotente, ispiri e sostenga nel cammino della salvezza noi che aspettiamo il Signore con ardente speranza: dona a noi il tuo aiuto nella vita presente per realizzare questo cammino incontro al tuo Figlio che viene, e vive e regna nei secoli dei secoli. Amen.