viernes, 30 de abril de 2010

SANTA ANA EN LA VIDA DE MADRE ROSA

El 09 de marzo1858: Rosa queda viuda. Pasado algún tiempo se inscribe en la Pía Unión de la Hijas de María Inmaculada y se adhiere a numerosas otras asociaciones. Se dedica a la asistencia de los enfermos y de los pobres. Toma el cordón de San Francisco como terciaria. El 8 de diciembre de ese mismo año hace votos perpetuos de castidad y obediencia. El 8 de diciembre de 1861 hace voto perpetuo de pobreza. Febrero de 1864, a pedido de Padre José Frassinetti, acepta la presidencia de las Hijas de María Inmaculada. En esta misma fecha recibe la inspiración de fundar una nueva Congregación religiosa.

1ª NOCHE. En Génova, febrero de 1864, recibe la primera inspiración, sin título, ella pone el nombre. Madre Rosa, después de revisar las “Reglas de la Pía Unión de la Nuevas Ursulinas Hijas de Santa María Inmaculada”, nos relata lo siguiente: “Terminado me sentí fuera de mí, doblé todo y de nuevo tomé mi Crucifijo y le agradecía. ¡Oh! Lo abrazaba, Amor mío. Dicho esto quedé de nuevo en éxtasis, y sentía claramente que Él mismo me dictaba una Regla. Así me dijo, y lo que me dictaba era tan claro; parecía me producía un efecto distinto. Escribe pronto todo lo que te he dicho. Estas fueron las últimas palabras y, recobrada, no tardé en obedecer. Escribí todo lo que me había dicho y lo guardé con cuidado. Me puse de nuevo a rezar y nada me preocupaba”.

Nos relata en sus Memorias: "Aquellas Reglas que había escondido comenzaron a molestarme, porque una voz interna me atormentaba diciéndome que debía hacerlas ver, que era obra suya, más yo alejaba el pensamiento, y para decir mejor, no entendía qué cosa quería. Una noche: ¿qué quieres mi querido Crucifijo? ¿Por qué tengo que hacer ver este escrito? ¿Para qué va a servir? Me respondió: para la Obra que quiero; será grande. Dios mío, me puse a pensar y no entendía nada". Frente a esto hay una lucha interna en Rosa, ella no se siente capaz de iniciar esta obra, aunque todo y todos dicen lo contrario. Pide audiencia al Papa, y, el 3 de enero de 1866, se da la audiencia privada con Pío IX, el Papa le impone fundar el Instituto. En esta experiencia de Madre Rosa, está la interrogación que le hace el Santo Padre: si también el título del Instituto puesto por ella, lo había recibido de Dios, porque se leía: “Hijas de María Inmaculada”. Rosa respondió que aquel título no lo había recibido de lo alto, sino que lo había puesto por que, siendo ella muy devota de la Inmaculada e Hija de María, era su deseo que así se llamasen las religiosas del nuevo instituto. “Bien – repuso el Papa – por ahora que sea así; pero cuando tengas el verdadero título, si Dios querrá que sea otro, tú obedecerás y de inmediato se pondrá aquel que el Señor asignará”. A lo que ella responde: “Sí Santidad, le obedeceré”.

Ahora bien, una figura muy importante en la fundación del Instituto es el Padre Juan Bautista Tornatore, Misionero de San Vicente de Paul, profesor de Colegio Alberoni de Plasencia, él cultivaba el deseo de que en la Iglesia naciese una Familia religiosa de “Hijas de la Inmaculada Maternidad de Santa Ana”. “Hijas de Santa Ana”, la mujer en cuyo vientre fue concebida inmaculada, la Madre de Jesús. Más tarde Rosa lo elegirá como confesor a este docto sacerdote, quien apenas conoce a Madre Rosa da comienzo a una significativa correspondencia y le comunicó su ideal “Santa Ana tendrá familia”. En estas cartas Padre Tornatore no se cansa de elogiar a Santa Ana, y, junto con ella presenta también al Padre Bernardo María Clausi. Junto con sus cartas envía una copia del mes de la Augusta Madre de la Inmaculada con algunas imágenes suyas. Para Madre Rosa – siempre vigilante y pronta a acoger cada mensaje de Dios, consiente como era que en su vida, en su Obra era El que señalaba el camino – su encuentro con Padre Tornatore no fue “un encuentro al azar” sino “la puerta abierta” por la cual el Señor le pedía entrar.

31 de mayo de 1966: “… hoy es la fiesta de su corazón; yo entiendo congratularme con esta imagen de la gran abuela de Jesús Sacramentado de la cual pondrá una en cada libro de devoción de sus hijas a fin de que sean muy, muy, muy devotas y devotísimas. Quien conoce a Santa Ana, misterio de las mujeres ¡… Santa de las Santas!... Nada grande digno de ella está dicho, hasta que no se haya dicho que es la gran Madre de la Inmaculada".

4 de julio de 1866: el Padre Tornatore hace a la Madre una propuesta inesperada en torno al nombre del nuevo Instituto “Estoy curioso de saber si las monjas que vi en sueños hace años en el mes de la gloriosa Santa Ana (creo que el sueño fue verdaderamente divino) eran de las suyas y quién habrá sido aquella que con aire de paraíso me selló el corazón: basta, mi Santa Ana ha de tener Familia, la más respetable que haya surgido o sea que está por surgir en la Iglesia de Dios. Oh si pudiese tener sobre mi tumba un poco del polvo pisoteado por estas celestiales hijas, hermanas de María Santísima, esposas de Jesús”

El 9 de septiembre vuelve sobre el mismo argumento: “Las Hijas de la Inmaculada maternidad de Santa Ana no existen todavía: rece para que Dios las haga nacer siendo aquellas que deben consolar al mundo”. Y el 27 de septiembre, después de haber hablado de Santa Ana, repite expresiones ya dichas: “Si pudiese tener sobre el sepulcro un poco de polvo pisado por las elegidas y prodigiosas hijas de la Inmaculada maternidad qué alivio experimentaría (…) Ruegue a Jesús para que pronto haga llegar para la Iglesia estos días felices”

Ahora bien, el hecho de confiar al Padre Tornatore la dirección del Instituto significará para Madre Rosa un sacrificio costoso: el tener que cambiar el nombre, adoptando el de Hijas de Santa Ana. Ella misma confiesa: “me resultaba del todo imposible adaptarme a amarla y tenerla por Madre”, y será aquí que se dará otra experiencia que marcará la fisonomía del nuevo Instituto.

2ª NOCHE. En Plasencia, en la capillita de San José, recibe el don de Santa Ana, octubre – noviembre de 1866. (No será Madre Rosa la que ponga el nombre, sino Dios). Ella misma nos relata en sus memorias que, al llegar a Casa Dal Verme, (el 26 de marzo – día de Santa Ana – compra la casa) en lo primero que se ocupó fue de buscar un espacio para la oración: “Apenas llegamos a esta casa vieja, yo busqué un pequeño cuartito no tan deteriorado para hacer la capillita, que el Obispo bendijo y dejó al Señor. ¡Oh! Cómo me sentía feliz de tener a Mi Bien conmigo y me pasaba las noches enteras. ¡Ah! Qué no tuve”.
En una de estas noches mientras me encontraba sola, y oraba mucho, y en la oración misma sentía una unión tan íntima con Dios, cuando por una gran luz se iluminó la capillita y se me apareció la Virgen Santísima y Santa Ana y más abajo, como si estuviese de rodillas hacia la virgen Santísima, San Francisco de Asís. (en la Constitución dogmática Dei Verbum nº 2 dice: “Dios se revela con palabras y gestos intrínsecamente unidos entre sí y que se esclarecen mutuamente). La Inmaculada, enérgicamente y con voz clara me dijo: “Deseo que el título de las Reglas sea “Hijas de Santa Ana, Madre mía (y al decir esto la señalaba). Cedo con gran satisfacción a mi Madre esta Obra; no te aflijas: siempre tendré hecho a mí lo que tú hagas por ella”. Permanecí estática, mientras decía las dos últimas palabras desaparecieron todos, los tres y a mí siempre me parecía verlos y no decía nada; de este modo permanecí bastante tiempo, vuelta en mí me di cuenta que había pasado mucho tiempo”. Solamente después de la intervención de María Inmaculada, Madre Rosa será inducida a aceptar el nombre de “Hijas de Santa Ana” para el Instituto. Dios prepara a los que van a recibir la inspiración. Madre Rosa, no hubiera entendido si desde el principio le hubiera revelado el nombre, este fue la primera preparación.

Después de esta experiencia Rosa recordó la obligación de advertir al Papa Pío IX si hubiese tenido comunicación de otro nombre para el Instituto. El tiempo apretaba (la primera vestición estaba fijada para el 8 de diciembre) por lo que se decidió a escribir al Cardenal Patrizi incluyendo una carta para el Sumo Pontífice. De inmediato tuvo la respuesta de llamar a su Instituto “Hijas de Santa Ana”. Entonces avisó al Obispo y a las Hermanas que estaban por tomar el velo manifestando sólo la orden recibida de Roma.

Esta experiencia que tiene Rosa es una confirmación sobrenatural: Dios quiere que el Instituto se llame: “Hijas de Santa Ana”. ¿Será sólo cambio de título? No lo es. Rosa guiará a su Instituto a reconocer a Santa Ana y a amarla en la figura que el Padre Tornatore magistralmente delineó en la Regla de 1869: “En mí tuvieron cumplimiento todas las justicias y toda la santidad de la ley antigua, en mí reposaron los gemidos, los suspiros, las lágrimas y las oraciones de todos los justos del Antiguo Testamento, porque en mí, como de fecundísima raíz de Jessé , germinaron mi Hija inmaculada y Jesucristo, su Hijo e Hijo de Dios, fuente de la nueva Ley del Amor” Hijas de Santa Ana entonces, no perderán a María inmaculada. (Fecha probable entre octubre y noviembre de 1866 porque la Madre afirma que la vestición era inminente; además como ya ha sido evidenciado, hasta el 27 de septiembre Padre Tornatore augura el surgir de las Hijas de Santa Ana en la Iglesia)

Ahora bien podríamos preguntarnos: ¿Por qué María presenta a santa Ana? Porque es su Madre y no sólo eso: hay quienes negaban la existencia de Santa Ana. Frente a esto podemos decir que nosotros tenemos dos fuentes que testifican que sí existió: Jesús, el nieto y María su Hija: por los frutos conocemos. En los Evangelios, especialmente en Mateo y Lucas, en la genealogía que nos presentan podemos llegar a santa Ana. El rol que ocupó Santa Ana en la Historia de la Salvación, de la cual María tomó conciencia a través de Ana y Joaquín: “He aquí la esclava del Señor”, y más tarde en su Magníficat la Virgen nos lleva al comienzo, a los orígenes. Dios al darnos a Santa Ana nos enraíza con lo orígenes de la creación; se baza en toda la espiritualidad de los siglos. Las Hijas de Santa Ana fundamentan su espiritualidad en toda la riqueza espiritual del Pueblo de Israel, y todos los pueblos desde la creación del mundo, desde Abraham. Hemos sido enraizados en esa espera del resto de Israel.

LAS REGLAS DEL INSTITUTO Y EL PADRE BERNARDO MARÍA CLAUSI

Madre Rosa nos narra en sus memorias: “El pensamiento que Pío IX quería pronto el Reglamento interno me preocupaba. Ella no sólo atribuye un origen sobrenatural al título del Instituto, sino que reconoce como don infuso el amor que ella comenzó a profesar a la Santa después de que se le apareció en Placencia: “Rezaba mucho, pero no sentía nada. Una noche mientras estaba sola en la capilla, he aquí que se me aparece Santa Ana y Padre Bernardo, que lo conocía porque el Señor Tornatore me había dado su retrato. – Qué… diciendo así quedé confusa. Qué bella era la santa Madre, en el acto de acariciarme, se me acercó mucho y me comunicó un amor tan fuerte por ella. Porque debo confesar que por nada podía adaptarme a amarla y a tenerla por madre. El amor a Santa Ana había penetrado en mí tan fuertemente, que se desvaneció absolutamente cuanto había de indiferencia en mí, y se hizo tan fuerte, que la invocaba en todas mis necesidades y siempre quedaba satisfecha de los efectos: en los aprietos económicos, en los viajes, en todo…” ; tan grabada me quedó que siempre la tenía delante de los ojos. – Oh Mamá mía – siempre exclamaba. Y el Padre Bernardo dice estas palabras: “el Reglamento que tú deseas, dile que lo haga el Señor Tornatore”. Y desaparecieron los dos.

3ª NOCHE. En Plasencia, Santa Ana y Padre Bernardo María Clausi (fecha probable después del 8 de diciembre de 1866. Santa Ana no dice nada, se le acerca, la acaricia, le comunica un gran amor. Santa Ana no había sido devoción de Madre Rosa. El que habla es el padre Bernardo: “Dile al Padre Tornatore que te lo haga el reglamento.
Se dan dos cosas que Dios le regala a Madre Rosa.
1. Aquí se da la transformación del corazón de Madre Rosa. Santa Ana la transforma ¿Cómo explicar esta transformación a las demás hermanas?
2. Indicación para la elaboración de las Reglas: Padre Tornatore.

Estas experiencias serán el comienzo de una nueva forma de espiritualidad con la que Rosa se identificará de lleno en su papel de fundadora: ella quiso vestir el hábito en la fiesta de santa Ana, el 26 de julio de 1867, y tomar el nombre de Ana, precediendo al de bautismo, ejemplo que será seguido por todas las Hijas de Santa Ana. Así la Madre de María viene a ser el modelo de cada hija suya por su docilidad al designio de Dios…: “El fin propio, que distingue a las Hijas de Santa Ana…, es hacer profesión de dar un culto muy particular a la gloriosa Santa Ana, Madre de la Inmaculada… El Instituto profesa, entre otras virtudes, la compasión del corazón de santa Ana, mediante la asistencia a los enfermos a domicilio… Se ocupan también en recoger a las niñas en peligro, preservándolas de perder la inocencia y la virtud: y también en esto honramos el cuidado que tuvo santa Ana de la Niña Inmaculada…”.

En la relación epistolar que ella mantuvo con muchas amistades, pero de manera particular con sus hijas espirituales, también veremos un cambio que se dio en la Madre, especialmente en el encabezamiento que ella solía colocar en sus cartas:

MIF María Inmaculada Francisco, agosto 1866.
MAF María, Ana, Francisco 5, II – 2, V 1867.
AMF Ana, María, Francisco, 9 de IV 1867. Antes de esta fecha hubo la intervención de Santa Ana.

Se siente apoyada, guiada, ilustrada por la Santa Madre en cualquier preocupación; está persuadida de que el progreso de la Obra de Dios se debe a la asistencia de una tal Maestra. Pero experimenta además, en la proximidad habitual de la Santa, una especie de espejo que la ayuda a discernir cuándo las cosas van bien y cuándo no: “Mi estrella, Santa Ana, cada mañana me pronostica del día, ya que, si me esperan tribulaciones, se me deja ver pálida y triste, si se trata de muerte o de cosas poco rectas que hacen las hermanas y que van contra la Regla, la veo cubierta de un velo negro”.

Reconocía a Santa Ana como la primera superiora del Instituto; en señal de ello prendió la llave de la casa de Placencia a una estatuita de la Santa Madre. En las circulares anuales inculca ardientemente a las religiosas la devoción y el amor a la Santa, la propone como modelo de una verdadera religiosa, insiste en la eficacia de su protección en el camino del Instituto: “Ella lo dirige, lo defiende, lo gobierna”. Quiere que sea invocada en cada comunidad, que su imagen presida no sólo cada capilla del Instituto, sino también toda actividad de las hermanas; y que éstas se esfuercen por propagar su devoción entre los fieles.

La expresión comunitaria, que las Hijas de Santa Ana repetirán con frecuencia, es la jaculatoria Sea bendita nuestra Gloriosa Madre santa Ana, Madre de la Inmaculada: “En esta jaculatoria se contiene una profesión de fe, con la cual nosotros creemos que María, en el seno de nuestra Madre, fue concebida Inmaculada en el primer instante de su concepción… Y ya que esta jaculatoria es casi continua de la mañana a la tarde, mediante ella hace el Instituto como un continuo acto de fe en la concepción inmaculada de María, “la jaculatoria que diariamente decimos después de nuestras oraciones y comidas o antes de dormir, en la que invocamos a Santa Ana, ¿Qué significa? ¿Es una simple devoción? O ¿un pedir su protección? No es sólo eso, va mucho más allá: es decirle a Dios que el proyecto que él tuvo para ella, sea también nuestro proyecto: esperar como ella esperó, es hacernos miembros de ese Pequeño Resto de Israel: los Anawin.

Madre Rosa, con todo, no dejó de prevenir a las religiosas contra el peligro de un devocionalismo inconsistente. Santa Ana no constituye el término de la verdadera piedad: la misma función maternal que tuvo en vida, que fue la de dar al mundo a María y, por María, dar al mundo a Jesús, la ejercita también ahora; si atrae el afecto de sus hijas es para hacer crecer en ellas el amor a María y a Jesús: “Cuántos hechos les podría referir para demostrarles cómo la Santa Madre, Madre de la gran Madre de Dios, quiere ser invocada por sus hijas en sus necesidades y amada como Madre que nos conduce a la excelsa Virgen santísima y a Dios bendito. Nos ama, porque desea que seamos todas purificadas en esos dos corazones de Jesús y de María, consumadas en ese dulcísimo amor”

A continuación coloco algunas de las frases que Madre Rosa solía infundir en sus hijas ya sea en las cartas, las circulares o las visitas que hacía a las comunidades:

“Con dolor intensísimo he sabido que D. y E. están enfermas. El Señor quiere humillarnos en todo. Respecto al médico yo pienso dirigirnos, antes que nadie, al médico de todas nuestras penas: nuestra Madre Santa Ana. ¿Ella sí que las sanará!”

“Hijas de Santa Ana Madre nuestra, procuren estar incluidas en el número de aquellas que con transportes de amor podrán decir: toda nuestra es la Santa Madre….”

“La Santa Madre no permitirá que tengan que sufrir. Ella defenderá siempre a sus hijas y las protegerá por todos los siglos, hasta el fin del mundo, sin ser molestada en lo más mínimo”

“El buen Dios y la tierna Madre Santa Ana te llevarán de la mano en el delicado desempeño de tu oficio”

“El fin propio, que distingue a la Hijas de Santa Ana (…) es hacer profesión de dar un culto muy particular a la gloriosa Santa Ana Madre de la Inmaculada”

“¡Qué bella era la Santa Madre en el acto de acariciarme!”

“Mi estrella Santa Ana, cada mañana me pronostica”

“¡Qué consuelo experimenté cuando la Madre Santa Ana se puso a reír y con un gesto de satisfacción me consoló!”

“Santa Ana me condujo de la mano como una niña en todo lo que hice”

“Experimenté una gran dulzura y seguridad de haber obtenido todo por medio de mi Santa Madre Ana”

“Quisiera poder hacerla amar (a Santa Ana) por todo el mundo ¡cuánto poder tiene junto al trono de Dios! Jesús no le niega nada”

“Hija espero encontrarte alegre y toda transformada en Santa Ana”

“Hija, tú debes poner tu fe en Dios, en Santa Ana y en María Santísima y verás que todo marcha bien”.

martes, 27 de abril de 2010

Dios nos llama una a una, uno a uno, personalmente, por nuestro nombre

Dios no nos llama a granel, sino de un modo personalizado: desea que seamos todos santos –felices en esta tierra y en el Cielo, unidos a la Cruz de Cristo- recorriendo el camino irrepetible de cada una, de cada uno .

La vocación, por tanto, es al mismo tiempo comunitaria (todos tenemos vocación) y personal (yo tengo mi vocación, una vocación singular). No hay ninguna existencia dejada al azar, olvidada o sometida a un destino ciego.

Todos —bautizados o no— somos enviados por Dios. Todos tenemos una misión específica en la tarea de la Corredención. Cada persona es un misterio único de amor y de vocación:

“Todos los miembros de la Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío” (Catecismo de la Iglesia Católica, 864).

Dios propone un plan a cada hombre, pero no se lo impone: la libertad del hombre, al aceptar el plan divino, se conjuga misteriosamente con la gracia de Dios. De ese modo, el hombre acaba fortaleciendo y configurando su propia vocación: “Hermanos, pongan el mayor esmero en fortalecer su vocación y elección” (2 Pedro, 1.10).

UN VERDADERO AMOR

lunes, 26 de abril de 2010

CANTARE CANTARAS



CANTARÉ CANTARAS
Quiero ser, un puerto en el mar
ser ese compás, que te devuelva el rumbo
Quiero ser, un lugar de paz
y no dejar jamás, que se te acabe el mundo
Amigo, amigo
no hay nada que temer estoy contigo
Y después de la oscuridad
esperando está un nuevo día
Cantaré, cantarás
y esa luz al final del sendero
brillará como un sol, que ilumina al mundo entero
Cada vez somos más
y si al fin nos damos la mano
Siempre habrá un lugar para todo ser humano
Junto a ti quiero caminar
compartir el pan, la pena y la esperanza
Descubrir que en el corazón
siempre hay un rincón que no olvida la infancia
Amigo, amigo
hay tanto por hacer, cuenta conmigo
Cantaré, cantarás
y esa luz al final del sendero
brillará como un sol, que ilumina al mundo entero
Cada vez somos más
y si al fin nos damos la mano
Siempre habrá un lugar para todo ser humano
Yo quisiera tener el poder
de ayudar y cambiar tu destino
Te daré cuanto puedo dar
sólo sé cantar y para ti es mi canto
Y mi voz junto a las demás
en la inmensidad se está escuchando
Cantaré, cantarás
y esa luz al final del sendero
brillará como un sol, que ilumina al mundo entero
Cada vez somos más
y si al fin nos damos la mano
Siempre habrá un lugar para todo ser humano
I will sing, you will sing
And a song will bring us together
And our hopes and our prayes
We will make them last forever
Cantaré, cantarás
y esa luz al final del sendero
brillará como un sol, que ilumina al mundo entero
Cada vez somos más
y si al fin nos damos la mano
Siempre habrá un lugar para todo ser humano

domingo, 25 de abril de 2010

San Tarsicio

 Los primeros cristianos. Tarsicio, 11 años.

El retrato funerario que acompaña este texto es de un niño de la época romana, presumiblemente pagano. En esa época, durante el mandato de Valeriano, los cristianos sufrieron persecución y un niño romano de once años -la edad aproximada del niño del retrato- murió mártir, fiel a su vocación cristiana, por amor a Cristo.

En el siguiente relato de un autor actual se evoca su martirio:

"Es un día especial para los primeros cristianos de Roma. Sixto es ahora el sucesor del pontífice Esteban al que han matado los perseguidores. Todos cantan salmos, en medio de un gran silencio se leen algunos trozos del Evangelio.

El diácono Lorenzo pone pan y vino sobre la mesa y el anciano sacerdote comienza la fórmula de la consagración. Antes de comulgar se dan el ósculo de la paz. Todos conocen las consecuencias de su vocación cristiana, y la viven con coherencia, aunque pueda llevarlos a la muerte.

Antes de dispersarse hay un recuerdo para los encarcelados; son los confesores de la fe; no han querido renegar. Rezan por ellos, deseando hacerles partícipes de los santos misterios para que le sirvan de fortaleza en la pasión y en los tormentos.

¿Quién puede y quiere afrontar el peligro? Hace falta un alma generosa. Delante del nuevo papa Sixto un niño, Tarsicio, extiende la mano. Aceptan: nadie sospechará de un niño.

Jesús Eucaristía es envuelto en un fino lienzo y depositado en sus manos. Sólo tiene once años y es conocido por su fe y su piedad; no se ha amilanado en la furia de la persecución, aunque vio cómo mataban al papa Esteban.

Pasa junto al Tíber. Al verlo, unos amigos le llaman para jugar. Se niega; ellos se acercan: "¿Qué llevas ahí? Queremos verlo". Quiere echar a correr, pero es tarde. Uno de los que se ha acercado al grupo se hace cargo de la situación y dice: "Es un cristiano que lleva sortilegios a los presos". Pequeños y mayores emplean ahora, bajo excusa de la curiosidad, con furia y saña, palos y piedras.

Recogieron el cuerpo destrozado de Tarsicio y lo enterraron en la catacumba de Calixto.
Al fin de la persecución, el papa Dámaso mandó poner sobre su tumba estos versos:

Queriendo a san Tarsicio almas brutales arrebatar el sacramento de Cristo, prefirió entregar su corta vida antes que los misterios celestiales."

Vocacion Universal a la Santidad

Dios nos llama a todos. ¿Qué significa la expresión "vocación universal a la santidad"?
La vocación universal a la santidad significa que Dios nos ha elegido a todos en Cristo, antes de la creación del mundo, con una vocación común, que nos impulsa a ser santos.

Pablo VI: “Toda vida es una vocación”. (Populorum progressio, 26.III.1967)

Catecismo de la Iglesia: ‘Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad’ (LG 40). Todos son llamados a la santidad: ‘Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto’ (Mt 5, 48):

Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo.

Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen, y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia de la Iglesia la vida de los santos. (LG 40). Cat, 2013.

jueves, 22 de abril de 2010

La Vocacion nuestro nombre

La predrecita blanca
Comenta García Morato en su libro Creados por amor, elegidos para amar, la frase bíblica: Te he llamado por tu nombre", que alude a la vocación y misión concreta que Dios nos confía. Al llamarnos por nuestro nombre Dios nos invita a una vida única, singular, irrepetible.

"Para quien tiene fe -escribe este autor- el sentido de la existencia no es una especie de acertijo kafkiano: la revelación cristiana afirma que ese nombre se puede conocer en esta vida y esforzarse por realizar, si libremente se desea: "al vencedor le daré también una piedrecita blanca, y escrito en esa piedrecita un nombre nuevo, que nadie conoce sino el que lo recibe" (...),

La cuestión es que el nombre verdadero sólo nos lo puede dar quien nos conozca en plenitud. Por eso sólo Dios nos puede poner el nombre, porque sólo Él nos ama plenamente: ese nombre expresa lo que somos.

Y no podemos olvidar que , para conocerlo, es necesario oirlo, escucharlo una y otra vez, y preguntarlo si es preciso.

Del mismo modo que hemos aprendido nuestro propio nombre de pila oyendo desde la cuna como otros nos nombraban, y nuestros apellidos -incluso remontándonos a varias generaciones- preguntando a nuestros padres, podemos conocer el nombre que Dios nos da si nos decidimos a creer en Él, a preguntarle, fiándonos del amor conque nos nombra, y a escuchar.

Lo expresa magníficamente Ernestina de Champourcin en uno de sus poemas, cuando dice:

No sé como me llamo...
Tú lo sabes Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu vos.
Pronuncia esa palabra
de júbilo o dolor...
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Pero como nada humano es realizable sin la libertad personal, no se trata simplemente de un nombre impuesto: es un nombre dado (donado) que, a la vez, ha de llegar a ser expresión de la identidad que hayamos realizado, tratando de vivir la verdad de nuestra existencia.

Dios nos da el nombre como identidad y como meta: no cabe, por decirlo así- que nos "obligue" a llamarnos "así".

Sin duda ese nombre es lo que nos define, pero la definición de la persona es siempre autodefinición.

Nos vamos definiendo en la medida en que descubrimos y nos empeñamos en realizar el plan divino PARA Y POR EL QUE fuimos creados.

Pues Dios primero piensa en nuestra vida como misión y luego nos otorga las cualidades necesarias para llevarlas a cabo.

miércoles, 21 de abril de 2010

La vocación: una llamada divina a la plenitud del amor


¿Qué es la vocación? La vocación es una luz que se enciende en la vida para iluminarla por entero: es una gracia, una iniciativa y una elección de Dios.

La vocación lleva a una misión: corredimir con Cristo, llevar la Buena Noticia del Evangelio, a todos los hombres; acercar a todos los hombres a la plenitud del Amor y la Belleza; a la máxima felicidad, que es la unión con Dios.Concepto: Se entiende por vocación (del latín vocare, llamar) la llamada de Dios para realizar una tarea que abarca la vida entera. Se entiende por vocación (del latín vocare, llamar) la llamada de Dios para realizar una tarea que abarca la vida entera.
La vocación según el Catecismo de la Iglesia Católica: Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros, desde su Encarnación "por nosotros los hombres y por nuestra salvación" hasta su muerte "por nuestros pecados" (1 Co 15, 3) y en su Resurrección para nuestra justificación (Rom 4,25). (Cat. 519). Cristo nos invita a seguirle y nos da ejemplo de entrega libre a la voluntad de Dios. Durante toda su vida, Jesús se muestra como nuestro modelo (cf. Rm 15,5; Flp 2, 5): Él es el "hombre perfecto" (GS 38) que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle:
Con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo que imitar (cf. Jn 13, 15);
Con su oración atrae a la oración (cf. Lc 11, 1);
Con su pobreza, llama a aceptar libremente la privación y las persecuciones (cf. Mt 5, 11-12). (Cat. 520)

lunes, 12 de abril de 2010

El error perfecto




EL ERROR PERFECTO.

Mi abuelo amaba la vida - especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien. Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abuelo pensó que Dios le había jugado una broma. Entonces no le causó mucha gracia.

Él era carpintero. Ese día particularmente él había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China.

Cuando regresaba a su casa, metió la mano al bolsillo de su camisa para sacar sus lentes, pero no estaban ahí. Él estaba seguro de haberlos puesto ahí esa mañana, así que se regresó a la Iglesia. Los buscó, pero no los encontró.

Entonces se dio cuenta de que los lentes se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empacado.
¡Sus nuevos lentes iban camino a China!

La Gran Depresión estaba en su apogeo y mi abuelo tenia 6 hijos. Él había gastado 20 dólares en esos lentes. No es justo le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa. Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto.

Varios meses después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería visitar todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó un domingo en la noche a la pequeña Iglesia a donde asistía mi abuelo en Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre. El misionero empezó por agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones.

Pero más que nada, dijo Debo agradecerles por los lentes que mandaron. Verán, los comunistas habían entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis lentes. ¡Estaba desesperado! Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no había donde. Además de no poder ver bien, todos los días tenia fuertes dolores de cabeza, así que mis compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus donaciones. Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unos lentes encima de una de las cajas.

El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos digirieran sus palabras. Luego, aún maravillado, continuó: Amigos, cuando me puse los lentes, eran como si los hubieran mandado hacer justo para mí, ¡Quiero agradecerles por ser parte de esto!.

Todas las personas escucharon, y estaban contentos por los lentes milagrosos. Pero el misionero debió haberse confundido de Iglesia, pensaron. No había ningunos lentes en la lista de productos que habían enviado a China.

Pero sentado atrás en silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria.


Dios puede hacer lo sobrenatural a partir de lo natural de cada uno.

El arbol confundido

EL ARBOL CONFUNDIDO

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era."

"Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?"

- No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?"

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión "Cúmplela". Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Y tu... ¿dejas crecer el roble que hay en ti? En la vida, todos tienen un propósito que cumplir, un espacio que llenar.

No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser.

Pero sobre todo recuerda, jamás podrás conocer el propósito de tu vida si no rindes tu corazón a aquel quién te creo. Conocer a Dios es encontrar el propósito de Dios para nuestra vida.

viernes, 9 de abril de 2010

10° Aniversario Beata Rosa Gattorno




Beata Madre Rosa Gattorno, (10 años de Beatificación)

La Beata Ana Rosa Gattorno, que era madre de familia, pero, al quedar viuda, lo dejó todo y se entregó totalmente a Dios y al prójimo, fundó a las Hijas de Santa Ana, Madre de María Inmaculada, brilló por la gran labor que realizó en favor de los enfermos, los débiles y los niños desamparados, en cuyo rostro contemplaba a Cristo pobre.

Su carisma se ha difundido en la Iglesia con el surgir de otras formas de vida evangélica: Hermanas de vida contemplativa, Asociación Pública de Fieles Hijos de Santa Ana, Instituto Secular y Movimiento de la Esperanza, activamente operante en la Iglesia en casi todas partes del mundo. Y hace 10 años (09 de mayo de 2000), para alegría de todos sus hijos e hijas espirituales, el Santo Padre Juan Pablo II, la elevó a los altares, declarándola Beata y modelo de santidad para toda la Iglesia. Es fiesta para nosotros Hijos e Hijas de Santa Ana y como continuadores de su obra nos sentimos invitados (as) a custodiar la riqueza espiritual y carismática que ella nos legó como herencia. FELICIDADES HERMANAS Y HERMANOS. Pidamos que por la intercesión de nuestra Madre fundadora, Dios Padre derrame sobre cada uno de nosotros aquellas gracias que necesitamos para responder, como ella, con fidelidad a la vocación a la cual fuimos llamados en la Familia de la Santa Madre.

martes, 6 de abril de 2010

Ordenacion diaconal Rafael.




EL DIA 25 DE MARZO, SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR, NUESTRO HERMANO RAFAEL VILLEGAS LÓPEZ FUE ORDENADO DIÁCONO EN LA PAZ (BOLIVIA). LA CEREMONIA FUE PRESIDIDA POR MONSEÑOR EDMUNDO ABASTOFLOR, ARZOBISPO DE LA ARQUIDIOCESIS DE PAZ Y CONCELEBRADA POR P. MARTIN Y DIÁC. JUAN CARLOS (HIJOS DE SANTA ANA). LA CAPILLA DEL COLEGIO DE SANTA ANA FUE LA SEDE DE DICHA CELEBRACION EUCARISTICA. TAMBIEN ESTABAN PRESENTES LAS HERMANAS HIJAS DE SANTA ANA, LOS PADRES Y LOS HERMANOS DE RAFAEL, LOS NOVICIOS Y HNO SIDNEY, QUE ORGANIZÓ TODA LA CEREMONIA.

Profesion perpetua


EL DIA 19 DE MARZO, SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ, NUESTROS HERMANOS GARY CÉSAR AGUADO Y DIAN CARLOS ARAUJO, PRONUNCIARON SU "SI" DEFINITIVO A DIOS (EN LA FAMILIA DE SANTA ANA) CON LA PROFESIÓN PERPETUA. LA CELEBRACIÓN FUE PRESIDIDA POR MONSEÑOR ADRIANO TOMASSI OFM, OBISPO AUXILIAR DE LA ARQUIDIOCESIS DE LIMA; CONCELEBRARON P. PATRICIO, P. ROSO, P. MARTIN, DIÁC. JUAN CAROS (HIJOS DE SANTA ANA), P. DEMETRIO, P. MANUEL Y PADRE CESAR MECINA, NUESTRO PÁRROCO. QUE NUESTRAS ORACIONES ACOMPAÑEN EN TODO MOMENTO A ESTOS HERMANOS QUE DECIDEN LIBREMENTE GASTAR SU VIDA EL SERVCIO A DIOS Y A LOS HERMANOS.

Ingreso al prenoviciado


EL DIA 18 DE MARZO, PRIMERAS VISPERAS DE LA SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ, 4 JÓVENES:CRISTIAN, WAKERMAN, JORGE LUÍS Y PAULO, INGRESARON A LA ETAPA DEL PRE NOVICIADO EN LA CASA DE FORMACION "SOR ANA MARIA NOVATI", RESPONSABLE DE ACOMPAÑARLOS SERÁ NUESTRO HERMANO DIAN CARLO ARAUJO DE OLIVEIRA. ELLOS CONTINUARAN EL PROCESO QUE YA INICIARON EN EL ASPIRANTADO, DONDE PORFUNDIZARAN MAS EL LLAMADO QUE DIOS LES HACE Y SE PREPARARN PARA LA ETAPA DEL NOVICIADO, INICIO DE LA VIDA RELIGIOSA. ACOMPAÑMOS A CADA UNO DE ELLOS CON NUESTRA ORACIÓN Y ENCOMENDEMOS SU FIDELIDAD A LA PROTECCIÓN DE SAN JOSÉ, CUSTODIO DE LA VIDA RELIGIOSA.

Ingreso al aspirantado




EL DIA 18 DE MARZO, 5 JÓVENES (2 IQUITOS; 1 DE PIURA, 1 DE BOLIVIA Y 1 DE LIMA) INGRESARON A LA ETAPA DEL ASPIRANTADO. FUE UNA CEREMONIA SENCILLA: UN MOMENTO MARIANO, DONDE ENCOMENDAMOS EL CAMINO DE CADA UNO A LA MATERNA INTERCESIÓN DE MARÍA, LA HIJA DE SANTA ANA. ESTO FUE EN LA CASA DE FORMACIÓN DE PUEBLO LIBRE, RESPONSABLE DE ELLOS SERÁ HNO. FELIPE PARDO. ACOMPAÑEMOS CON NUESTRAS ORACIONES A CADA UNO DE ELLOS QUE, ENTUSIASTAS INICIAN ESTE CAMINO DE CONSAGRACIÓN DENTRO DE LA FAMILIA DE SANTA ANA, QUE LA GRACIA Y EL AMOR DE DIOS SIGA OBRANDO EN SUS CORAZONES, Y QUE EN EL COTIDIANO, PUEDAN DESCUBRIR CON MAYOR CLARIDAD SU VOCACIÓN.

lunes, 5 de abril de 2010

Pascua de Resurreccion

Roma, 04 de abril de 2010

“Por la dicha que mi Bien Resucitado se paseaba, yo exultaba y no podía frenarme, hubiera gritado a todos que viniesen conmigo a adorar a mi Bien que ya bello y dulce paseaba resucitado” (Bta. Rosa Gattorno)

Queridos (as) hermanos (as): “Hoy es el día del triunfo del Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”, canta nuestra Madre la Iglesia y nos invita a entonar el aleluya en honor de Cristo Resucitado. El que estuvo muerto, ahora está vivo, y vive y reina por los siglos. La muerte ya no tiene en él dominio alguno.

En efecto, “lucharon vida y muerte en singular batalla y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta”. Bajó a las profundidades del sepulcro para vencer a nuestro enemigo común: La Muerte. Sufrió el menosprecio, la traición y todas las miserias del corazón humano, para sanar nuestra soberbia y egoísmo, y envolvernos en el manto del perdón y del amor. Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, es nuestro Redentor.

Por medio de Cristo brilla la esperanza de una vida mejor y duradera para todo el género humano. En Cristo y por Cristo tenemos esperanza de vida eterna, de resucitar con Él el último día y vivir para siempre en Dios. De Él recibimos la fuerza para perdonar las ofensas y amar al prójimo. Siguiendo su ejemplo llevaremos una vida digna de seres humanos y de hijos de Dios. Haremos de la humanidad una fraternidad.

En la Iglesia católica se encuentra este mensaje y esta fuerza salvadora. Por eso nos dice san Pablo: “Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo su corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra”- El cristiano sabe mirar a lo alto.

Con la esperanza puesta en Cristo resucitado, emprendemos una vida nueva de sinceridad y de verdad. Seamos creadores de fraternidad y de paz. Felices pascuas con Cristo Resucitado y con Madre Rosa exultemos en este día de dicha y AMOR.
Con afecto fraterno.
P. Martin hsa