lunes, 6 de septiembre de 2010

Ordenacion presbiteral de Juan Carlos

¡Tu Bondad y tu Misericordia me acompañan todos los días de mi vida! Esta es la oración que sale de lo más profundo de mi alma y que elevo al Señor como acción de gracias, porque El pensó en mí, me creó, me llamó, me capacitó y me confió este Ministerio Sacerdotal como Hijo de Santa Ana; Asociación donde los más profundos anhelos de mi alma se han visto saciados, porque me ayudaron a encontrar a ALGUIEN que nunca se muere: Jesucristo.
Gracias a mis Padres, por enseñarme desde pequeño a amar las cosas de Dios y a tener una devoción filial y llena de confianza hacia María Santísima. Gracias papi, que estás hoy aquí una vez más, acompañándome en estos acontecimientos decisivos para mi vida y gracias a mi mami, de feliz memoria, que pensando que algún día no estaría conmigo me dejó a María para que ella sea Mi Madre, Mi Refugio, Mi auxilio, Mi intercesora.
Desde que inicié mi camino como Hijo de Santa Ana, el Señor me bendijo con almas generosas, llenas del amor de Dios que han marcado y han dejado huellas imborrables de su presencia en mi vida vocacional. Hago referencia primero a la comunidad de Hijas de Santa Ana que conocí en Corrales- Tumbes: Madre María Novati, de feliz memoria, Madre Nélida Bellido, quién después me acompañó en la etapa de Aspirantado, sembrando en mi alma el deseo de ser más de Dios y que ahora ella se encuentra como misionera en Italia; Madre Edhi Gutiérrez con quién compartí la aventura de dar a conocer a un Cristo joven y alegre y que ahora me acompaña en este celebración desde el coro.
En mi camino formativo, gracias especiales a Madre Betty Domínguez, que haciendo un gran sacrificio ha venido desde Bolivia en este día sublime. Ella, como Maestra de mi Postulantado y Noviciado me enseñó el secreto de la alegría de ser de Dios: Oración, santidad de vida y la fuerza de la alegría. Gracias Madre por tu donación materna, tu paciencia y por el enorme sacrificio ofrecido a Dios en mi camino de descubrimiento de un Dios misericordioso.
Gracias Madre Carmen Cubas, Madre Sofía Vásquez, que con su testimonio, cercanía, coraje y audacia me siguen acompañando de cerca como HSA y a cada una de ustedes hermanas de la Provincia Santa Rosa que me acogen en la gran Familia de Santa Ana.
Gracias también P. Patricio por ayudarme a comprender, desde tu sencillez paterna, el significado de mi identidad como HSA y doy gracias a Dios porque también un día como hoy, en el año 1996 tú hacías tus votos perpetuos junto a P. Valdo nuestro responsable Mayor.
Gracias a los hermanos que vivieron conmigo: P. Martín Villanueva, Diácono Rafael Villegas, que ahora me acompaña desde el altar; Hno. Dian Carlo de Araujo, Benito López, Hnos. Postulantes y los que viven actualmente conmigo: Hno. Felipe, Hno. César y los Hnos. Aspirantes. Ellos me siguen acompañando y ayudando a tomar en serio el llamado a la santidad a l cuál Dios me llama.
Desde que inicié mi camino Presbiteral, el Señor me bendijo con la presencia paterna y bondadosa de Monseñor Adriano Tomassi OFM. Él, por encargo de S.E. el cardenal Juan Luis Cipriani Tornhe, celebró mi Admisión al lectorado, al acolitado, al diaconado y ahora el Presbiterado. Gracias Monseñor por confiar no sólo en mí sino en cada HSA.
Un enorme agradecimiento por el significado que representa P. César y en él a P. Manuel para cada uno de nosotros, para nuestra comunidad eclesial y para nosotros. Gracias Padre por todo lo que vamos compartiendo juntos en este camino de seguimiento a Jesucristo. En este agradecimiento, mi gratitud al Sr. Eduardo Alva y familia que dirige el coro Vox Pro Deo y quien me ha acompañado en mis diversos pasos dentro de mi camino Presbiteral. Bendiciones para cada uno de ustedes.
A mis alumnos y ex alumnos del Colegio Santa Ana, a los profesores y a todos los que están hoy aquí presentes: Familiares, amigos, sacerdotes, diáconos, acólitos; gracias por su presencia que significa tanto para mí.
Para terminar, sólo me quiero quedar con las palabras de San Pablo: “AUN NO HE ALCANZADO LA META, SIGO CORRIENDO…LA META ES CRISTO…EL YA ME CONQUISTÓ, AHORA ME TOCA A MI CONQUISTARLE A EL, AGRADARLE A EL, SER DE EL, SER SU SACERDOTE, SER SU AMIGO, SER DE SUS INTIMOS, SER SANTO. Pongo bajo la protección materna de María y de Santa Rosa de Lima mi sacerdocio y mi camino de consagrado como Hijo de Santa Ana.
(Palabras de agradecimiento durante la Eucaristía de Ordenación Presbiteral)

1 comentario:

  1. Qué palabras tan lindas... pero más que las palabras la autenticidad el amor y la alegría que desbordan de ellas son contagiosas. Yo también doy gracias y me alegro en Dios en quien todo lo podemos por poner su santo sacerdocio hoy en medio de nuestro peregrinar hacìa Xto, mi acompañamiento sincero en mi oraciòn y en la conquista diaria de la alegrìa de ser de Xto. Un abrazo P.Juan Carlos.

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